TOSTA DE PECHUGAS EN SALSA ROQUEFORT
¡Hola, probokkers! ¿Os gusta la salsa roquefort?
La receta que os traemos hoy nos gusta mucho y es muy rápida de hacer. Es el plato perfecto para cuando tenemos invitados que son amantes del queso y queremos sorprenderles con el menú. Normalmente, la salsa roquefort se utiliza para acompañar carnes por su sabor tan intenso, pero en la actualidad podemos encontrar multitud de platos sin carne en los que se hace uso de ella.
El roquefort es un queso azul originario de Francia que se elabora con leche cruda de oveja lacaune, proveniente de la zona de Aveyron, provincia donde está el pueblo Roquefort-sur-Soulzon, epicentro de la producción de este queso. El roquefort es uno de esos quesos que, o no te gusta nada o te encanta. Esto se debe a su fuerte sabor y olor que de primeras no invita mucho a probarlo.
A continuación os dejamos algunas características y curiosidades de su producción que hacen que conozcamos a este queso tal y como es:
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL QUESO ROQUEFORT
- Se le aplica un hongo comestible llamado Penicillium Roquefortii. Este hongo es el responsable de su fuerte sabor y de las vetas azules y verdes que tanto caracterizan a este queso. Su presencia es fundamental para un buen desarrollo del queso.
- El hongo se aplica durante la formación del queso pinchándolo con unas agujas finas y largas que atraviesan el queso verticalmente.
- El queso roquefort necesita como mínimo tres o cuatro meses para estar listo y poder salir al mercado. Cuanta más maduración, los hongos se desarrollan más y por tanto, contienen menos agua y más intensidad de sabor.
Ahora sí, aquí tenéis la receta de nuestra tosta:
Ingredientes
- 1 rebanada de pan de hogaza
- 2 solomillos de pechuga de pollo
- 200 gr de queso roquefort
- 150 ml de nata líquida para cocinar
- 1 cebolla
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Opcional para decorar: tallo de remolacha y hierbabuena
Elaboración
- Cortamos la cebolla en juliana y la pochamos en una sartén a fuego lento con 2 cucharadas de aceite de oliva.
- Una vez la cebolla esté pochada, añadimos el queso y dejamos unos minutos para que se derrita mientras removemos.
- Cuando el queso ya esté derretido, añadimos la nata y dejamos calentar sin que llegue a hervir. Es importante estar removiendo continuamente para que no se pegue. Cuando los ingredientes hayan creado una salsa homegénea, apagamos el fuego y reservamos nuestra salsa roquefort.
- En una plancha aparte marcamos los solomillos de pechuga al gusto.
- Ponemos los solomillos en la base de pan y añadimos la salsa por encima al gusto.
- ¡Disfrutamos!
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